EL ARTE DE LA ORATORIA



    EL ARTE DE LA ORATORIA


El primer paso que se debe construir correctamente a la hora de hablar en público es la introducción, ya que si se empieza cautivando a la audiencia desde el primer momento será más fácil seguir de forma natural y quitarse de esos primeros nervios ante lo desconocido. 

Para ello los dos hechos fundamentales que marcaron un buen inicio son un correcto uso del lenguaje corporal y la captación de la atención de la audiencia desde un inicio. Una buena gesticulación es necesaria para transmitir seguridad a la audiencia y empezar con un buen arranque, ya que la sensación de seguridad que trasmite una adecuada fluidez no verbal capta mejor la atención del público, facilitando la conexión con este. Para ello, lo principal es adoptar una postura correcta: erguido, relajado, con gesticulación tranquila y pausada, con el cuerpo orientado hacia el público y las manos y brazos abiertos para transmitir mayor confianza, evitando posicionar las manos en posturas forzadas como los brazos cruzados o las manos en los bolsillos. Adicionalmente, la introducción tiene una mayor probabilidad de captar la atención del público si introduce elementos originales, evitando inicios en tono monótono que consisten en introducciones personales y nombramiento del sujeto del cual se va a hablar. En su lugar, establecer contacto con el público desde un inicio con comunicación de datos relevantes a posteriori o preguntas retóricas que inciten a la curiosidad o faciliten la interacción será de vital importancia para una mejor impresión general respecto a la charla.

Ahora, para que la presentación se desarrolle de manera adecuada lo mejor es focalizar la conversación en un único tema, evitando exponer datos irrelevantes o de poca capacidad de desarrollo como puntos centrales de la comunicación. Además, utilizar elementos visuales llamativos contribuye a descargar la presentación de información escrita, ya que esta exige una atención activa por parte del espectador que fácilmente abruma o aburre. Hay que recordar que la clave de la presentación es la comunicación como un todo, la presentación visual y la comunicación verbal deben colaborar y trabajar juntas para ofrecer la información de forma correcta y organizada. Sobrecargar la presentación con una gran cantidad de texto facilita que la audiencia sea incapaz de mantener la atención, ya que alternar constantemente entre atender al texto y atender a la explicación resulta exhaustivo si el interés de la audiencia no es considerable desde un inicio.

Por otro lado, es importante que la presentación tenga una estructura clara y organizada que permita a la audiencia seguir el hilo de la conversación sin perderse. La división del tema en diferentes secciones contribuye a liberar carga informativa, proporcionando una estructura previa y espacios para asimilar la información. Además, utilizar transiciones coherentes entre cada sección permitirá denotar una alternancia entre contextos sin interrumpir la fluidez de la presentación.

Finalmente, es importante realizar un resumen de los puntos clave abordados durante la charla y ofrecer una conclusión sólida y coherente que finalice la presentación eficazmente. Posterior a la conclusión es recomendable dejar un espacio para preguntas y respuestas, lo que permitirá a la audiencia profundizar aclarar cualquier duda que pueda existir tras haber expuesto toda la información relevante.


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